Tu Alma te habla

Debajo del cajón de tu escritorio encontré este cuaderno negro con forro de cuero, te escribo esta carta no para chantajearte. Solo queremos que regreses, te dejo este escrito con mi sangre por si perdiste en algún momento el camino. 

Quiero que sepas que las mandrágoras de tu ultimo lienzo se están secando. Todo el prado lentamente cambia de color, de un amarillo pálido a un irremediable negro grisáceo. 

La creación tiene que sacar a los lobos al bosque a buscarte casi cada noche no nos dejan dormir aúllan de angustia hasta pasadas las primeras horas de la mañana. 
Al principio pensé que te habías ido por que constantemente destruía tus libros así que deje de hacerlo, tampoco meto a las liebres, ni venados, ni mapaches ni ardillas a la casa. 

Ya nadie se acerca al Sótano creo que varios de tus experimentos están preocupados constantemente tratan de subir. Deberías de hablar con La creación para que te diga que ya casi no doy lata, aprendí a bañarme yo sola, incluso paso tiempo en el invernadero cuidando la belladona conservándola para que te hagas tú te. 

Ya casi no pierdo los estribos ante la frustración, ¿te dije que ya no me como las páginas de tus libros? Estoy haciendo un álbum con todas tus investigaciones, catalogar tus papeles me ha llevado horas, pero tú siempre decías que no tenías tiempo, que tenias que cuidarme. 
Ya casi no me paseo por el cementerio, tampoco le hablo al incubo, solo a veces porque es muy insistente pero si regresas te prometo fingiré demencia cuando lo vea. 

 Ella no volvió a enviar ningún mensaje, ¿te fuiste a buscar su cuerpo?¿lo enterraras? No creo que este muerto... ¿por qué no regresas? ¿te perdiste en la ciudad?.  

Tu vampiro esta distante y lejano como tu mirada días antes de que te fueras ¿por qué no te llevaste tu mochila? ¿Porque todo está como si nunca hubieras partido?. ¿El ya no nos quiere? No quiero que te preocupes pero eh empezado a sentirme algo cansada y sin apetito, temo que no estés bien. 

Todos los días barro el pórtico y le pido al vampiro que pasemos por los alrededores, el otro día trajo unas cerezas para mí. Aunque ya casi no me mira, comienza a tratarme como los demás, como si no estuviera, como si no fuera parte de ti. Eso me pone un poco triste, pero me refugio en los conejos y las hojas que dejo el otoño, no te preocupes estoy perfectamente bien. 

Aunque sea envía una postal de cuando regresaras ¿sí?

Comentarios

Entradas populares