La Ultima Carta...

Muy a mi pesar.

Querido Hector: Estoy sentada 5 minutos después de que te fuiste debo aceptar que soy un mar de lagrimas, que yo jamas te olvidare y siempre tendrás un lugar único en mi corazón.

Lamento que no estuviéramos listos para llevar una vida juntos. Es esta juventud no nos dejo enfrentar los obstáculos de manera madura.

Ojalá seas muy feliz pronto. Me gustaría que te encontraras a ti y a el sentido de la vida.

Me gustaría saber que me has olvidado y que eres feliz.

Tienes razón esto nos hará crecer, aunque en este momento no lo parezca y solo haya dolor.

Se que extrañare mucho, muchas cosas que implicaba ser tuya, pero prefiero pagar este precio (aunque sea muy alto) con tal de conservar el amor que aun existe de parte de ambos.

Se que sera dura y tengo mucho miedo de ver mi vida sin ti, de sumirme en esa ceguera en la que me encontraba cuando llegaste a mi vida.

Aprendí tantas cosas valiosas a tu lado, por eso es tan difícil este cambio. Tengo cientos de miles de millones de maravillosos recuerdo a tu lado siempre se quedaran siendo parte de mi alma haciendome mas fuerte.

Eres un hombre maravilloso y nuestra relación es de las mejores cosas que me han pasado en la vida, recuerda que tu tienes el poder de ser quien tu quieras, que tienes la opción de hacer todo diferente. No te atormentes con los errores que cometimos, llevate los aciertos y las sonrisas, llevate las bromas, los besos.

No olvides que siempre te voy a querer y perdoname por todo lo que hice para herirte, sin darme cuenta o por mis enojo e inmadurez. Perdona el dolor que estoy causandonos pero si no hacemos esto nos perderemos en las olas del rencor, el odio, y los malos entendidos.

Hoy Cerraste la reja y yo espere a que volvieras, e sentido que este adiós es un error, pero en retrospectiva no nos quiero destruir, tengo que tener la madurez para aceptar las consecuencias de este adiós, para afrontar la incertidumbre. Me duele mucho, pero creo en un mejor mañana en que al crecer y cambiar tendremos mas posibilidades de entendernos y encontrarnos.