El tan necesario recuento.

Este año fue difícil, como todos, tempestuoso a mi causa. Esa necedad de aferrarse a lo que se fue causa un dolor totalmente auto infligido. Así fue la gran mayoría de estos días.
Herida, perdida.

No voy a decir que una estrella fugas callo y lo cambio todo. Fue mucho esfuerzo, enfrentarme a la soledad hasta aprender a vivir con ella y llegar a apreciarla. Dejar de escapar de aquello que me molesta, achacarle al tiempo lo enojada que me siento. Tragar acido sin mas sentido que el de hacer hoyos en las entrañas y entender, responder a todos los porque.

Finalmente decidida a no mirar atrás a concentrarme en un solo punto en la pared sin ganas de mirar al rededor irremediablemente las cosas tomaron su lugar y solo hasta ese entonces se puede renacer de las cenizas.

Nadie esta diciendo que después de ello todo fue miel sobre hojuelas, aun se cometieron muchos errores que hay que reparar pero la diferencia es que se que puedo enfrentar lo que venga.

Que es tiempo de hacer grandes cambios y terminar de crecer, que aun queda un largo camino que me espera, ese que quiero recorrer. Por que finalmente todo tuvo sentido, se acomodo y yo de las cenizas al fuego.

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