Curioso...

Reniegas, maldices, acotas.
Dices de esta agua no beberé, de pronto te rompes los dientes contra una enorme pared por que estas bebiendo como si no hubiera un mañana.

Ahí esta dejaste todo atrás, no darás otra oportunidad.
Aparece liguera, delicada cual alas de mariposa y todo vuelve a empezar. O quizá el destino decidió que recorrieras la mitad del camino de rodillas solo para que alguien pudiera tomarte de la mano y levantarte.


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