Como El Aire


Anonimo
Mi Hogar estuvo en una pequeña isla lejos de la enferma pulcritud de Ciudad Marfil, nos llamaban salvajes, incapaces de comprender más allá. Yo nací bajo las estrellas que predijeron las matriarcas de mi pueblo. "Esta niña será excepcional".

Se me otorgo una libertad rara en mi tribu, dejar la isla a buscar conocimientos más allá.
Los ancianos se opusieron, "ella estará contaminada". Pero una de las matriarcas impuso su voluntad, me hizo su aprendiz. Entre la música y el fuego del ritual me decía -No le debes nada a nadie, tu eres fuego pero deberás viajar como el aire.

Después de participar en dos guerras, estar llena de cicatrices, servir a una dictadura, dividirte en tres, rebelarte contra los que te entrenaron, ser efecto de muchas calamidades, destruir tu cuerpo, librarte de una posesión demoniaca, ayudar a armar una revolución, entre otras. Me parece que esa anciana estaba un poco equivocada.

En la Colina el dogma es tan variado que hacer celebraciones para la comunidad, podría ser bastante simple, si todo se reduce al significado general de todas esas creencias. Pero nadie renuncia a los detalles.

Sin embargo se hace una celebración muy primitiva y larga, sin nombre, basada en el instinto de cerrar un ciclo para dar paso a uno nuevo.

Lo organizadores siempre me piden participar con la pirotecnia, que normalmente se lleva muchos elogios. Pero en 600 años que tengo viviendo aquí jamas he asistido.

Aveces en alguien como yo, los recuerdos son un poco más que imágenes mentales, me puedo transportar a ese momento en particular y vivirlo de nuevo. Tengo que aceptar que muchas veces es involuntario. Como el caso del de la anciana, mientras se discutían los detalles de como querían los efectos de este año.

La melancolia de ese ultimo ritual, me hizo aceptar asistir.
No llegue al corte del listón a la media noche, no quería ser parte de la atención.
La fogata se encendió, gran parte de la colina bailaba a su alrededor. Me retiré al cementerio a pensar y en algún punto me quede dormida sobre el pasto entre las lapidas

Ya con el sol en su punto más alto y el sonido de la música de la celebración decidí regresar a mi refugio. Al entrar por la reja escucho el barullo que solo puede ser anunció de una tempestad.

Alma y sus particulares amigos bebiendo y bailoteando en la estancia de la casa. La resaca no podría ser peor. Sigilosamente me escabullo por una de las ventanas y entro a la habitación.

Sin ningún sentido de la prudencia, Alma brinca sobre la cama. -Pensé que no habías vuelto- me dice mientras se mira las uñas, ese tono en su voz es evidencia de que esta tramando algo.

-¿Y ahora que? Alma- Le contesto, mientras me acerco al lavabo del baño a lavarme.
-Esta casa parece una tumba, ¿pusiste toda tu soledad como decoración?-
Deje de lavarme, para mirarla por el espejo, -Al grano- Estaba sonriendo con los brazos sobre la cabeza, conocí a alguien que, dice que te ha visto en repetidas ocasiones. Me talle la cara con la toalla, gire hacia ella y le dije -¿En serio? ¿quien podría ser? déjame pensar... ¡Claro! solo todos los habitantes de esta colina-

Soltó una enorme carcajada. -salto como gato y se puso a los pies de la cama- dice que tu no lo conoces a el, eso me parece difícil de creer, así que decidí invitarlo a comer para comprobarlo, si lo conoces, me cenare algunas de sus primeras ediciones de unos títulos de filosofía que tengo años buscando... La interrumpí -No estoy interesada en ser parte de tus juegos.- me miro con exasperación.

-¡Vamos! ¿cuando fue la ultima vez que dejaste ese maldito sótano- pensé ayer fui al festival Respondí con una mueca. Ella contesta en voz alta -No cuenta si vas cinco minutos y te vas a aislar al cementerio, ¡Ni los zombies estaban ahí! todo el mundo estaba en el baile.- Reflexione dos segundos -¿Como supiste que fui al cementerio?-

-El me lo dijo- termina la frase enseñándome los dientes, levantando las cejas repetidas veces.
Llena de la arcilla que te ponen en el festival como adorno, oliendo a cementerio (Literal), me decidí a bajar, solamente por darle gusto, con la esperanza de que se quedará un poco más de lo habitual y no sentir tanta melancolía.

Bajamos por la escalera ella rápidamente me susurro -Es el fantasma-

La cuestión con los fantasmas es que son seres de capricho, efímeros, distraídos, obsesionados con su grillete. He atendido a algunos en la colina, más como un servicio psicológico que alquimia real. Sus cuerpos transparentes realmente no se pueden tratar.

Es por eso que cuando lo vi, no me pareció para nada un fantasma. Cierto es muy pálido, delgado y alto. Pero si algo me ha dado la experiencia en este lugar es que, por más trucos que use alguien para ocultarse, no pueden escapar a mi nivel de percepción. Su cuerpo era solido y bien marcado, con la espalda ancha.

Su pulso era algo bajo y los latidos de su corazón tenues, pero reales. Me concentre un poco más. Su sangre era humana pero no en un cien por ciento. Calor corporal algo alto, podría ser por el alcohol, quizá algún alucinogeno. Joven, pero ha vivido más de una vida.

Esta de perfil a la escalera bebiendo una cerveza y platicando con otro muchacho.Vino a mi esa frase de nuevo "Como el Aire" a dos escalones de bajar la escalera me frene en seco, me tome del barandal me sentí muy mareada.

El volteo a verme, sus ojos eran muy grandes en forma de avellana, café con un tono rojizo, me recordó a esos seres de las pinturas de Remedios Varo.
Me sonrió, entrecerró un poco los ojos y arrugo la nariz. Una expresión muy juvenil, muy transparente. Pero esa mirada suya tenía algo que no había experimentado antes.

Alma se acerco a el y le dio un puñetazo en el hombro, me volteo a ver, la escuche en mi cabeza -¿Y bien?- Lo mire, un par de segundos mire a Alma y negué con la cabeza.

¡OH! grito ella y se toco el estomago como si la hubieran golpeado. El se volvió a reír me volvió a dar esa mirada llena de calidez, me acerque lentamente con el sueño fruncido, Alma salió dando brincos en dirección a la cocina.

-Hola- me dijo muy liviano moviendo su mirada a mis labios, una carga de electricidad me recorrió la espina dorsal. -No eres de por aquí...- le dije conteniendo la sensación. Me sonrío de nuevo -Vengo con los músicos para el festival.- acorto su distancia dando un ligero paso hacia a mi. La sensación se repitió. Me sentí aturdida probablemente por todo el licor de la noche anterior y el sol de la mañana.

Alma se puso entre los dos poniéndome una cerveza prácticamente en la cara. -¡Esto es justo lo que necesitas!- Gritando, estaba muy alegre o algo ebria. Iba a tomarla por que la dejo caer, pero la resaca hizo mis reflejos más lentos, el la tomo de la base y me la dio volviendo a darme esa mirada. Medio sonreí, no te que el caballero con el que Alma últimamente pasaba mucho tiempo estaba por ahí -gracias- le di un trago y me dirigí a saludar. Platique un poco más con los chicos con los que estoy más familiarizada. Que parezca que conviví y luego retirarme a la biblioteca sin que nadie se de cuenta.

Cuando entre lo vi con las manos hacia atrás, muy concentrado en leer los títulos de la sección de pensamiento.

Pensé en salir de ahí y bajar a mi laboratorio pero mi cuerpo hizo completamente lo opuesto.
Camino hacia el y comencé a ver los títulos también, me miro y comenzó a cuestionarme sobre un titulo en particular.

Alma tiene un particular gusto por los "chicos perdidos" con talentos particulares, pero al final abandonados a sus suerte, por esta razón el conocimiento no es siempre su interés, inmersos en sobrevivir, o desbocados en marcar una diferencia (Lo que sea que eso signifique.)

Inmersos en la conversación note que tenia algunos rasgos, pero sobresalía esa ansia por saber, ambición familiar que me hizo caminar con el por toda la casa hablando de arte, ciencia y pensamiento del hombre. Su nivel de conocimiento estaba por muy arriba del promedio y para su edad. Hacia pausas para hacer bromas con los demás pero nunca me dejaba atrás me sonreía y miraba constantemente.

Liviano como el aire, cada gesto, cada movimiento. Conforme el día fue cambiando después de la comida empece a sentir una enorme calidez al estar a su lado. En general tenerlos a todos ahí llenos de energía.

Después de la tormenta y la muerte de Zoe la casa se volvió fría, el prolongado silenció es la regla. Alma tiene razón se siente la soledad en las paredes como humedad.

Finalmente me sente en el portico para ver el atardecer, el se sento a mi lado y me dijo -¿Puedo verte en el festival?- lo mire, estaba serió pero no dejo de ser liviano -Yo...- antes de terminar la frase entro dando tumbos el caballero de cristal. -¡Tienes que ir!- Sonriendo con una expresión de ebriedad en su rostro. Me reí y baje la cabeza negando. Escuche su voz grave y profunda -El concierto final será una delicia- con esa mirada llena de ternura y expectativa.





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