El día a día


Después de meses de negación al olvido, de automedicarme y lavar las heridas, me desplome por completo. Cuando desperté atada por sangre a un tubo de plastico. En una pequeña, oscura y solitaria habitación tan familiar pero tan ajena a la vez. Otra batalla perdida, personas ajenas a cargo de tu custodia, puertas sin seguros. Horas que pasan sin ningún sentido, enfermeras que caminan en el techo mi reflejo en el espejo con maquillaje fantasmal. Silencio absoluto totalmente insoportable. Paz exterior que deja expuesta la guerra interna. Voces que salen de las paredes, gritan lo que siempre resuena en mi cabeza "¿Donde estaba Dios cuando te fuiste?" y el dolor físico se retuerce dentro de mi torso como una serpiente hambrienta. Esos espantosos bodegones vacíos de expresión tan estériles como el brillo del lavabo del baño. 
Hoy vi la luz del día por primera vez no logro reconfortarme. La advertencia fue severa tengo prohibido fugarme, condenada a vivir el día a día totalmente despierta, me ahoga de angustia. Percibir todo claramente sin poder escapar, ver caminar a mi alrededor esos tormentos espectrales. Condenada a repasar mis recuerdos, como beber cicuta para el desayuno. Toda mi fortaleza se escapa con los días, camino lentamente y cualquier actividad me orilla a la fatiga. Siento la pesadez del ensueño a todo momento. De ser una empecinada e implacable mujer, soy un hilo frágil y enfermizo. Mis emociones mermadas por lo débil de mis huesos corren lentamente por mi espíritu en busca de una respuesta. La respiración se entre corta como si la realidad fuera un patógeno que se aloja en mis vías respiratorias impide que entre el aire.

No tengo voz, me ahogo en las delicadas imágenes que sueño todas las noches, la soledad carcome mi poca voluntad de hacer algo. Mis esperanzas se diluyen con las grandes cantidades de pastillas que tomo diario. Entro la primavera pero parece que olvido mi ventana. 

Creo que lo dire abiertamente y dejare de atormentarme con ello

¿Alguien dispuesto a salvarme?

¿Alguien tan valiente como para devolverme la vida?

¿Alguien?

Que no queme, que no duela, que no desespere tocar.

¿Alguien?

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